Los avances neurocientíficos de los últimos años evidencian que los problemas de las personas con sintomatología de estrés, depresión, ansiedad, hiperactividad o trastorno por déficit de atención (TDAH) son consecuencia de desajustes en la comunicación entre distintas regiones cerebrales. Estos sistemas nerviosos se comportan de forma descoordinada, como si estuvieran confundidos, las personas no se sienten de forma esperable y sus conductas o sus rendimientos no son los deseados. Corregir estos desajustes es el objetivo del neurofeedback.

Mientras que las medicaciones reorganizan los desajustes de estas personas de forma muy rápida, pero poco duradera, el neurofeedback busca reeducarlos, por lo que sus efectos se mantienen en el tiempo. La dificultad radica en que el neurofeedback es un entrenamiento, igual que aprender a conducir o a leer, por lo que precisa práctica. Nadie nace aprendido.

En terapia asistida por Neurofeedback trabajamos sobre las ondas cerebrales responsables de una actividad desregulada en una localización concreta del cerebro y enseñamos a la persona cómo corregirla. Dado que es una técnica no invasiva, ubicando unos sensores sobre la superficie de la cabeza, un ordenador lee la actividad eléctrica que ahí acontece y la muestra al paciente en una pantalla. Aquí comienza el proceso de aprendizaje. En la pantalla se muestran indicaciones audiovisuales (en forma de videojuego o de película) de forma que la tarea avanzará o se parará según actives o desactives la zona que estamos trabajando. Si la estructura se está activando bien, la tarea fluirá mientras que, si la activación no es correcta, se parará. El terapeuta se encargará de que de entrada sea muy fácil que la actividad avance, pero al ir progresando, la tarea se irá volviendo más difícil, es decir, le exigiremos mayor cambio al patrón eléctrico cerebral. De esta forma, el cerebro aprende cómo aumentar las ondas cerebrales adecuadas y cómo reducir aquellas que generan problemas.

El neurofeedback consiste en un entrenamiento de las ondas cerebrales para que operen en frecuencias más estables, una reconfiguración de los patrones de comunicación eléctrica del cerebro para ayudar a la gente a sentirse equilibrada. Con este método somos capaces de cambiar de forma drástica el sistema perceptivo del ser humano y en poco tiempo.